Cómo elegir las mejores puertas para tu empresa

Las puertas son un elemento importantísimo en las empresas. La que da al exterior, la de entrada, es la carta de presentación al negocio que se abre tras ella. Una oportunidad perfecta para transmitir a qué espacio se entra a través de las múltiples opciones que se despliegan a la hora de decidir cuál es la más adecuada para el edificio. Las que están en el interior deben mostrar una continuidad estética con el espacio que se abre al visitante(y al trabajador), armonizando con las paredes y el resto de la decoración del espacio arquitectónico. Por eso es muy importante elegir, dentro de la amplia gama de puertas y accesorios a la que tenemos acceso, las que mejor combinen con la imagen que se quiere comunicar.

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La cuestión de cómo integrar las puertas dentro del espacio que estamos creando puede hacerse en dos fases distintas. Por un lado, todas estas decisiones se pueden tomar cuando se inicia el diseño de un espacio que aún está en construcción, sobre el que es muy fácil trabajar ya que, en cierto modo, es un lienzo en blanco sobre el que proyectar. Por otro lado, dentro de las reformas que se pueden hacer dentro de un conjunto arquitectónico ya construido (o que incluso que incluso ya ha sido utilizado), cambiar las puertas también es bastante fácil ya que no requiere ningún tipo de obra compleja ni molesta.

Dicho esto, ¿en qué nos basamos para elegir las nuevas puertas que harán accesible y atractiva nuestra empresa? En tres cuestiones principales, la seguridad, la funcionalidad y la estética.

Seguridad

Ante todo, uno debe estar tranquilo de que nadie va a entrar en el edificio cuando no haya trabajadores dentro. Para ello, existen distintos tipos de controles de acceso dependiendo del nivel de seguridad que se necesite. Estos pueden ir desde códigos numéricos o tarjetas de personal hasta llaves especiales, cerrojos de seguridad e incluso sistemas informáticos que controlen todas las puertas del edificio.

Funcionalidad

Tanto en la entrada como en el interior del edificio de empresa, existen diferentes modelos de puerta que van desde las más funcionales hasta otras opciones que se centran más en el valor estético que ofrecen, siempre, eso sí, supeditadas al tipo de negocio que se lleve a cabo en el interior. Por un lado, se debe contemplar qué tipo de tráfico debe mantener la puerta de entrada al edificio, ya que no es lo mismo un centro comercial que una tienda de barrio, igual que no es lo mismo la entrada de un hospital que la de una fábrica o un almacén. Las opciones para comercios más elegantes son, por ejemplo, las puertas automáticas acristaladas, ya sean estándar o en formato curvo. Para edificios industriales existen modelos concretos que cuentan con apertura horizontal y vertical. En el interior es frecuente utilizar puertas batientes o puertas de apertura automática horizontales, pero, una vez más, depende del tipo de tránsito que se necesite. Por ejemplo, es común que los hospitales cuenten con puertas herméticas pensadas para crear espacios limpios y de temperatura regulada.

Estética

Respecto a la estética, la clave está en los materiales que se utilicen, en los diseños, en los acabados y en el color. Para las puertas exteriores la clave está en su fabricación, si llevan (o no) chapas de acero u otros componentes específicos que puedan impedir personalizarlas armónicamente siguiendo la estética del conjunto arquitectónico. En el interior las posibilidades de diseño y color quizás sean más amplias, pero lo más elegante (y lo que ofrece más juego) es el cristal.

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